Anthony Corrales Esquivel - 24/09/2025
Archivo Diocesano de Alajuela
Dentro de la vasta documentación histórica preservada en el Archivo Diocesano de Alajuela encontramos no solo registros sacramentales, sino también escritos, documentos administrativos y pastorales, certificaciones, autorizaciones, actas, cartas, entre muchos otros. Todos ellos nos relatan la vida de nuestras parroquias: cómo fueron creciendo y desarrollándose, cómo se organizaban no solo para construir templos, salones, grutas y demás espacios de culto, sino también para establecer las bases de un caminar de fe arraigado y cimentado en Jesucristo y María. A través de estos documentos, cuidadosamente conservados, se nos abre una pequeña ventana que nos permite descubrir qué creían, vivían y pensaban quienes nos antecedieron. Gracias a ellos hoy podemos ser testigos del paso de Dios por la historia de nuestros pueblos.
"Gracias a ellos, hoy podemos ser testigos del paso de Dios por la historia de nuestros pueblos."
En esta ocasión, y con motivo de la fiesta de Nuestra Señora de las Mercedes, nos trasladamos a principios del año 1862, a la parroquia de Grecia. En aquel momento estaba bajo la dirección espiritual y administrativa del presbítero Eduardo Pereira. Los primeros pobladores de esta próspera comunidad profesaban un profundo amor a la Virgen María bajo la advocación de Nuestra Señora de las Mercedes. Ese vínculo no surgió únicamente desde la creación de la parroquia en 1854, sino incluso años antes, cuando en 1847 se comenzaron a celebrar los primeros sacramentos en lo que, en aquel entonces, era una coadjutoría de la parroquia de Alajuela.
Conviene recordar que en Costa Rica, como en muchos otros países de América, existían desde siglos atrás las conocidas cofradías. Estas eran básicamente asociaciones de fieles católicos —laicos y, en ocasiones, clérigos— que se dedicaban al culto y veneración de algún santo, de la Virgen María, del Santísimo Sacramento o de alguna otra devoción particular. Estas cofradías promovían el culto público mediante misas, procesiones, novenas, fiestas patronales y otras expresiones de piedad. Entre sus fines principales se encontraba fomentar la devoción entre sus miembros, buscar el auxilio espiritual y, en muchos casos, realizar obras de caridad.
Muchas de estas cofradías o hermandades eran erigidas con aprobación eclesiástica, contaban con estatutos aprobados por el obispo diocesano —y, en ocasiones, confirmados por Roma— y permanecían bajo la vigilancia del párroco o de alguna orden religiosa con la que estaban vinculadas. En la parroquia de Grecia existieron, a lo largo de los años, varias de estas asociaciones, entre ellas la de Nuestra Señora de las Mercedes, de la cual conocemos más detalles gracias a un documento fechado el 18 de enero de 1862.
Se trata de una carta de establecimiento formal y de delegación de la Hermandad de la Tercera Orden de Nuestra Señora de las Mercedes en la parroquia de Grecia. Fue emitida por el presbítero Benito Sáenz Reyes (1832-1919), quien en ese momento fungía como prior de dicha orden. En este documento concedía facultad al padre Eduardo Pereira y a sus sucesores en la administración de la parroquia, para bendecir e imponer a los fieles —hombres y mujeres de la comunidad parroquial de Grecia— el sagrado hábito y escapulario en honor de María Santísima de la Merced.
A continuación, presentamos el documento y su transcripción para una mejor comprensión:
Transcripción del documento, para su mejor comprensión:
Benito Saenz, clérigo, presbítero de esta Diócesis, prior de la venerable Orden 3a de Nuestra Señora de Mercedes en esta ciudad de Heredia.
Por la presente, habiendo suplicado el señor cura de la Villa de Grecia en la provincia de Alajuela, presbítero don Eduardo Pereira, para que deleguemos a aquella parroquia la hermandad de Nuestra Señora de Mercedes, canónicamente fundada en esta ciudad; en tal concepto y con anuencia de la Corporación, en virtud del rescripto dado en Roma en el convento de Pío Sexto Adriani, el día 18 del mes de julio de 1861, cuyo despacho tiene el respectivo pare [palabra incompleta] del Ilustrísimo señor Obispo Diocesano, para que surta sus efectos: en consecuencia, a nombre del venerable padre Vicario General Fray Tomas Miguel, Prior de la Tercera Orden de
Nuestra Señora de Mercedes y con el consentimiento de la referida Corporación, faculto: al señor cura don Eduardo Pereira, sus sucesores coadjutores o terratenientes en la administración de la feligresía de la Villa de Grecia, en la provincia de Alajuela, para que sujetándose a la regla y fórmula del caso, bendigan, impongan a los fieles de ambos sexos, sujetos a esa parroquia el Sagrado hábito y escapulario en honor de María Santísima de la Merced y les comuniquen las gracias e indulgencias concedidas por los Sumos Pontífices a los hermanos que se alisten en esta piadosa institución, reservandose esta venerable orden por suponerla, delegar la profecía de los que quieran ser terceros; sin embargo, puede el señor cura formar en esa la corporación para que de ella resulten los nombramientos del caso; para que arreglen la manera con que deben proceder en lo [subrecio], diviendose invertir las limosnas de la mejor manera que convenga, en honor de la Santísima Virgen. En fe de lo cual firmo la presente, autorizada con testigos en falta de secretario, en el ciudad de Heredia a los 18 días del mes de enero de 1862.
Benito Saenz [rubricado] Juan Gutierrez [rubricado] Ramon Benavides [rubricado]
Curato de Grecia, enero 20 de 1862
En vista de la presente, nombrase por mayordomo de esta confraternidad al señor Antonio Hidalgo en virtud de su honradez y buenos comportamientos; y dese cuenta a su señoría ilustrísima por nota oficial. Así lo proveo y firmo ante testigos lo que certifico.
Eduardo Pereira [rubricado]
Un detalle muy interesante es que, apenas dos días después de la autorización formal o canónica de esta hermandad, el padre Eduardo Pereira nombró como mayordomo de la confraternidad al señor Antonio Hidalgo, en virtud de su honradez y buen comportamiento.
Conocer de dónde venimos nos ayuda a comprender por qué hoy en nuestras parroquias celebramos lo que celebramos. El arraigo en la fe, la devoción y la piedad popular continúan siendo el fermento y el sostén de nuestras comunidades, que ponen su mirada en Aquel que convierte nuestra pequeñez en una gran obra. Que la historia sea para nosotros un motivo que nos impulse a ser cristianos más conscientes, agradecidos por el esfuerzo de nuestros antepasados, quienes nos heredaron algo tan valioso como la fe.
Nuestra Señora de Las Mercedes, ruega por nosotros.
Fuente: Comisión de Medios de la Parroquia de Grecia 2025